Iván Madrigal
Iniciando un proceso de introspección, Iván Madrigal encuentra el desarrollo espiritual, descubriendo que en el universo existe una herramienta básica de sabiduría para todo ser humano, de comprender que todo lo que es falso siempre produce sufrimiento, así como todo lo que es verdadero siempre produce armonía en la realidad, su obra lleva un claro ejemplo de esto, empezando por los contrastes, desde lo técnico hasta lo gráfico, incluyendo obras y escenas tanto clásicas como actuales donde una “fachada humana” siempre se interpone ante la verdad. Iván intenta recrear dichas obras sustituyendo el ego por medio de juguetes de una manera divertida y así logra la separación del ser respecto al ego, entendiendo que la verdadera esencia del ser es el gozo absoluto de todo, momento a momento, como un niño que juega por jugar, sin una meta que cumplir, pues este aún no ha desarrollado un ego absoluto.